Una cuadrilla de obreros que estaba trabajando en una autopista en la provincia de Shaanxi, al oeste de China, no tuvieron mejor idea que levantar una pared de ladrillos de 1,5 metros de alta para protegerse de los coches. Decenas de coches chocaron por la noche con el muro, ya tocado, como se aprecia en la imagen, y han denunciado a los responsables de la empresa de mantenimiento. Milagrosamente nadie ha muerto en los múltiples accidentes (el límite de velocidad es de 100 km/h), aunque hay un número indeterminado de heridos.
La página de Orange en el Reino Unido recoge el testimonio de un superviviente, Zou Tieqin, de 42 años: “Iba con mi familia en el coche y, de pronto, los faros iluminaron la pared. Frené a tope pero no me dio tiempo a evitar el impacto, así que chocamos de frente. Si estamos vivos es gracias a los airbags del coche, pero cuando salimos vimos un montón de coches destrozados, así que después de todo tenemos suerte”.
Lejos de disculparse, los obreros reconstruyen el muro cada vez que los coches lo tiran abajo. Según ellos, han puesto luces de advertencia, pero se han fundido. Los conductores, por su parte, exigen compensaciones por los accidentes y, si fuera posible, la retirada de la “pequeña muralla china”.
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