Via: ABC BLOGS
No entiendo por qué la ministra de Defensa, Carme Chacón, aparece siempre entre los miembros (perdón miembras) del Gobierno de Zapatero mejor valoradas. Será por no hacer nada, me respondo a mí misma. Su obsesión por huir de cualquiera de los periodistas que seguimos los temas de defensa está ya rayando en el ridículo más espantoso. Si los ciudadanos supieran.... Yo les voy a contar algo de lo que vivo en primera persona.
El mejor ejemplo de lo que digo está sucediendo estos días con motivo de la guerra de Libia. Siete días después de anunciarse que España participará en esta guerra (sí, guerra, señora ministra, no misión de paz), a la ministra ni está ni se le espera. Eso sí, muchas fotos, supongo que algún día nos enseñará el book de fotos (como dice mi compañero Diego Mazón) de estos días, apasionante. Todas las convocatorias de sus reuniones, ya sea con el Estado Mayor de la Defensa para hacer el seguimiento del despliegue español o con quien sea, van precedidas de una advertencia “solo gráficos”. Y si hay que dar la cara, que hable un militar, que a ella no la graben hablando de cazabombarderos, misiles, de abrir fuego contra el enemigo y, si llegara el caso, ojalá no, de alguna que otra vida perdida.
Si hay que hablar, mejor hacerlo con los periodistas locales, que no saben como se las gasta el ministerio, del cordón de seguridad que rodea a Chacón, y de las prisas repentinas que le entran cuando tiene que responder a más de tres preguntas. Por eso solo ha convocado a la prensa en Rota y San Fernando, lejos de casa, para que nosotros, los de siempre, no le incomodemos.
El colmo del esperpento sucedió el martes en el Congreso de los Diputados, después del Pleno que aprobó el envío de las tropas a Libia. Salía la ministra y la abordamos los periodistas de defensa, se puso tan nerviosa que solo acertó a pronunciar una ridícula frase: “Yo también tengo vida propia”. Toma, y yo también, pero al Congreso se viene a trabajar. Además, estamos en guerra con Libia y usted tiene que dar la cara, como nosotros, que desde que estalló el conflicto no hemos tenido ni un día de respiro. Es lo que tiene ser periodistas, que a veces tampoco tenemos vida propìa. Pero lo peor vino después, cuando en pleno ataque de nervios, ¡oh sorpresa!, una oportuna llamada al móvil le salvó del mal rato, algunos dicen que fue uno de los miembros de su gabinete que acudió en su auxilio, al más puro estilo Belén Esteban y Ana Obregón.
¡Dios mío, y dicen que puede ser la sucesora!
Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias estimado, al parecer el pod si es lo que usted dijo,quiero agradecerle por despejar la duda.
Su blog es muy interesante enseguida lo agregare al blogroll del mio.
Suerte